La violencia de género es una conducta aprendida, basada en una relación desigual de poder y producto de una educación diferenciada respecto de lo que es femenino y masculino, que afecta a las mujeres, lesbianas, travestis y trans por el sólo hecho de serlo. Como consecuencia produce daño físico, sexual, psicológico, patrimonial, económico y simbólico.
La violencia puede producirse en cualquier espacio: la casa, la calle, la escuela o el trabajo. Se presenta de diferentes maneras, desde modos más silenciosos como la descalificación o el control, hasta formas extremas como la trata de personas y el femicidio.
• Te empuja
• Te tira del pelo
• Te arroja objetos
• Te golpea
• Te cela
• Te controla
• Te insulta
• Te ignora
• Te hace sentir inferior
• Te aisla
• Te acosa
• Se niega a usar preservativo
• Te exige hacer cosas que no queres
• Te fuerza a tener sexo
• Comparte y difunde fotos o videos íntimos
• No te deja disponer de tu dinero
• Te saca o rompe tus cosas
• Te impide estudiar o trabajar
También existe la violencia simbólica que se ejerce en todos los ámbitos de la vida cotidiana a través de mensajes, valores, íconos o signos que reproducen la desigualdad y la discriminación. Cuando estos se transmiten a través de los medios de comunicación, la denominamos «violencia mediática». Algunos ejemplos pueden ser: que se muestre a la mujer sólo como un objeto de deseo, que aparezca en publicidades como responsable de las tareas de limpieza en el hogar o la crianza o que se la discrimine en el lenguaje, por ejemplo al decir “la evolución del hombre” para hablar de “la evolución de varones y mujeres”.
• Te ridiculiza, te hace sentir torpe e inútil.
• Te critica cómo te vestís, te revisa el celular y tus redes sociales para saber dónde y con quién estás en todo momento.
• Te impide hacer actividades que te gustan y te obliga a hacer otras que no querés.
• Critica e insulta con frecuencia a tus amistades o familiares.
• Te ignora, no contesta tus mensajes o no presta atención cuando hablás.
• Frente a los demás cuestiona lo que decís, revela temas íntimos y se burla de cómo pensás.
• Te inventa apodos que no te gustan y te nombra así aún cuando le pedís que no lo haga.
• Te boicotea tus salidas, reuniones o cumpleaños.
• Dejaste de hacer cosas o de juntarte con algunas personas porque no le gustan.
• Te amenaza con dejarte o incluso con suicidarse, para lograr lo que quiere de vos.
• Te dan miedo sus miradas o gestos.
• Te presiona para tener sexo y no acepta un no.
• Te amenaza, humilla, grita o insulta. Te hace sentir culpable.
• Te empuja, te tira del pelo o te pega.
Internet, whatsapp o las redes sociales pueden ser herramientas para comunicarnos y compartir nuestras vidas, pero también entornos donde el control y la violencia se multiplica. Podés estar experimentando abuso digital si la persona con la que estás:
• Revisa tu celular o controla tus contactos en las redes sociales.
• Te manda mensajes agresivos o comenta tus posteos con agresiones.
• Usa sitios como Facebook, Twitter, Instagram y otros para controlarte.
• Te manda fotos con contenido sexual o videos que no querés y exige que vos también lo hagas.
• Espía tus contraseñas o insiste para que se las des.
• Te presiona para que contestes sus mensajes todo el tiempo y si no lo hacés, desconfía de vos.
El sexting es el intercambio de mensajes, fotos o videos personales con contenido sexual. Puede ser parte de un juego divertido y placentero, cuando las personas eligen hacerlo, pero si el mensaje empieza a compartirse sin consentimiento, rápidamente se convierte en otra cosa: una grave violación a la intimidad. En vínculos violentos, el material provisto por el sexting puede transformarse en fuente de chantaje o amenazas y derivar en extorsiones, grooming y discriminación.
En las redes sociales las violencias pueden no ser detectadas a tiempo por quien las padece. Si vos sos testigo de alguna de estas situaciones:
• No difundas ni compartas imágenes de personas con contenido sexual.
• Denunciá y reportá la publicación inmediatamente.
• Si te llega a un grupo de chat, no lo compartas.
• Si conocés a las personas involucradas, hablalo con ellas para acompañarlas y ofrecerles tu ayuda si necesitan.
Si fuiste víctima de un ciberdelito denuncialo: https://www.argentina.gob.ar/justicia/convosenlaweb/denuncia