Consideramos fundamental para comprender y trabajar el género y la diversidad que rompamos los preconceptos y nociones que se tienen sobre estas categorías. En este sentido, es importante que podamos reconocer que mucho de lo que se piensa y la manera en la que se actúa obedece a prejuicios construidos históricamente sobre lo que significa ser lesbiana, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero, intersexual o queer.

Orientación Sexual

Orientación sexual es la atracción emocional, afectiva y sexual hacia personas del mismo, o de diferente género o de más de un género. Es decir, tiene que ver con quién nos gusta, quién nos atrae, con quién queremos estar. Esto puede cambiar o mantenerse igual a lo largo del tiempo.

La heterosexualidad es la orientación sexual no cuestionada, y se trata de la atracción emocional, afectiva y/o sexual de varones con mujeres y viceversa. Pero no es la única, hay miles de formas de vivir y expresar la sexualidad, tantas como personas hay en el mundo.

Las lesbianas y gays, son las personas que se sienten atraídas por personas de su mismo género. En el caso de las lesbianas los vínculos se dan entre mujeres, y en el de los gays entre varones.

Las personas bisexuales, sienten atracción hacia varones y mujeres.

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Género

El género puede entenderse como el conjunto de construcciones socioculturales que determinan las formas de ser hombres o mujeres en un tiempo y en una cultura específica. Esto implica que dichas construcciones no son fijas, sino cambiantes y transformables. Por ejemplo, no es lo mismo ser mujer u hombre en esta época y en este país, que haberlo sido a principios del S. XIX.

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Identidad de género

La identidad de género refiere a la vivencia individual del género tal y como cada persona la siente, la cual puede o no corresponder con el sexo asignado al momento de nacer, incluyendo la vivencia personal del cuerpo. Tiene que ver con cómo nos sentimos, cómo nos auto percibimos o identificamos: varón, mujer, travesti, etc.

La expresión trans engloba a identidades travestis, transexuales y transgéneros. Estas categorías no son completamente excluyentes y por distintos motivos su significado varía entre países, incluso entre aquellos que comparten la misma lengua.

Las personas trans, generalmente, son aquellas cuya identidad o expresión de género no se corresponde necesariamente con el género asignado al nacer, sin que esto implique la necesidad de cirugías u otras intervenciones de modificación corporal. En algunos casos, no se identifican con ninguno de los géneros convencionales (masculino o femenino).

Las identidades travestis, suelen identificarse con una identidad femenina. Son personas a las cuales les fue asignada una identificación sexual masculina al momento de nacer, pero que construyen su identidad de género según diferentes expresiones de feminidad, incluyendo en muchos casos modificaciones corporales a partir de hormonas, siliconas, etc.

Císgénero son las personas que construyen su identidad de género de acuerdo al sexo asignado al nacer.

Intersexualidad

Las personas intersex nacen con genitales que no responden a los patrones aceptados culturalmente (y por las ciencias médicas) para varones y mujeres. Se estima que la población total de personas intersex alcanza el 1,7% de la población mundial.

Estereotipos de género

Los estereotipos de género son modelos socialmente establecidos sobre conductas esperadas para varones y mujeres. En nuestra sociedad los estereotipos tradicionales asocian a las mujeres al cuidado del hogar y a la crianza, mientras que a los varones al trabajo y al sustento familiar.

Estos estereotipos también refuerzan que se identifique a las mujeres con actitudes de fragilidad y emotividad y a los varones con la fuerza y la valentía.

Estas afirmaciones no sólo están sustentadas en mitos y nociones prejuiciosas sino que históricamente han generado situaciones de discriminación. Así fue como durante muchos años las mujeres estuvieron excluidas del derecho a votar y del acceso a la educación universitaria, como así también, se les negó el acceso a espacios de toma de decisiones. Por otra parte, a los varones se los desalentó en su capacidad de expresar emociones como el afecto y la vulnerabilidad.

Si bien se modificaron muchos de estos prejuicios, aún persisten un gran número de expectativas de género o conductas esperadas para varones y mujeres que resultan discriminatorias en la vida cotidiana. Muchas veces estas expectativas se reproducen de manera inconsciente porque están naturalizadas.